martes, 11 de abril de 2017

La mitad de mi

La mitad de mi es  
un cajón de sastre, un barco hundido, una escalera para subir al cielo
un cielo lleno de estrellas con amigos en mitad de un camino en la noche
una noche en la que soltar tu peso y viajar en globo a un país libre 
una libertad ganada a pulso como media hora más tarde que gana un adolescente de vuelta a casa
media hora con la mitad de mi en mitad de la noche
la mitad de la noche con un lucernario lleno de estrellas y esquiar al día siguiente
el día siguiente del amor, el siguiente amor, los anteriores
los días pares, las baldosas que no pisas, el peldaño que te saltas
un salto y mientras saltas expandir tu mundo en una foto
la foto que se parte, la mitad de la foto, la cuarta parte...
es la mitad de mi...la que improvisa , la que te hace dudar
la que experimenta como un niño con la arena de la playa
la playa cama de tus besos y abrazos suaves con la piel cercana
la que se expande como un fuego artificial en la noche
la noche que busca estrellas para saltar de piedra en piedra
la piedra con forma de corazón que hallaste bajo un acantilado
el pisapapeles de los papeles que volaron en globo a un país libre
el asteroide B 612
el vuelo sin motor con los sueños de tu chica
la que disfruta si le adivinan el pensamiento 
la que me ata como un planeta a su órbita
y me libera como un mercedario a un preso
la medicina que me cura mientras me mata
la que hace pasadizos con la otra mitad, procurando convivir
haciéndote dudar
si el mundo es uno
o está hecho de mitades. 

domingo, 22 de enero de 2017

no empiezas de cero

No, no empiezas de cero,
tan solo das la vuelta en el tatami, porque no puedes pisar fuera de él,
así que giras con la mayor gracia que dispones,
haciendo de tu giro algo en el que tomas tu tiempo,
y le dices al mundo:
mira, mientras descanso de hacer dificultades,
mientras cambio mi dirección para hacer otra dificultad,
yo me explayo,
y dejo que veas parte de mi alma,
mi personal universo, que no es otro que el universo mismo.
No, no empiezas de cero,
y quiero que sepas mi tesoro
que mientras tomas aire para seguir,
dejando en libertad tu alma para expresarse,
en medio de las dificultades que para ti son retos,
yo tomo ese regalo del tiempo que te tomas
con la ilusión intacta
del niño que contempla el descanso del frío
en la calma casi ingrávida y sin prisa
que va formando con magia
la vida propia  
de cada copo de nieve.