viernes, 18 de enero de 2013

Vicente del Bosque y la gestión de la suerte

Mi hijo pequeño, me pregunta porqué no ponen a Vicente del Bosque de Presidente del Gobierno, y le explico que es que no puede ser, dándole los motivos que primero se me ocurren,  pero en el fondo pienso igual que él.
Imaginarme por un momento a Vicente de Presidente del Gobierno, sincronizando el país, dejando pasar provocaciones, sembrando humanidad allí por donde va, dejando de lado la posibilidad del rencor y la venganza de una persona que  en su día fue despedida  por la puerta de atrás, aparcando la posibilidad de la ironía, del eufemismo, de la falsedad de los términos, haciendo los cambios oportunos en el momento preciso, rodeándose de talento, pues es  hijo, una buena idea que has tenido y que debemos de alguna manera apoyar.
Sin embargo, el fútbol no deja de ser un juego, como mucho una metáfora, que nos afecta de un modo artificial e interesado, precisamente para desviar la atención de lo que debería de interesarnos más que es el correcto ejercicio de nuestra vida política y económica.  
De todas formas valga el ejemplo para averiguar  algo más de este hombre tan reservado, que no dice nunca más de lo estrictamente necesario, que no celebra más de lo estrictamente necesario, y que no suele ganar por más de lo estrictamente necesario. Se trata de una ley de conservación de la energía, llevada hasta límites insospechados. No al derroche,  a las palabras innecesarias o  al protagonismo.

Ese no al protagonismo, se deja entrever en su esquema de juego. No hay un protagonista claro, al que sirven los jugadores, sino que todo el equipo entero es el protagonista, por mucho que se empeñen los que organizan los eventos del balón de oro en destacar a uno solo.Y para   lograr ese funcionamiento de equipo y que los once jugadores se entiendan bien, de modo que puedan confiar los unos en los otros,  es necesario que el que manda se entienda bien con todos ellos, tarea no siempre fácil, y en la que Vicente Del Bosque propone lo siguiente:
“Lo importante de nuestra función es hacer creer al jugador que manda, pero que haga lo que nosotros queramos. No es engañarle, es escucharle hablar de fútbol y de la vida, pero en cosas sustanciales, debe de ejercer el entrenador claro.”
Es muy probable que en esta frase esté concentrada la sabiduría de del Bosque,reflexión que tiene su complejidad,  porque un deportista quiere ser él mismo, con su manera propia de interpretar el juego, pero tiene a la vez que interpretar el guión que el entrenador ha preparado, y lograr un equilibrio en este sentido, de modo que el jugador pueda sentirse  con una margen de mando dentro de un orden establecido no es tan fácil. Y a su vez, el entrenador necesita de ese margen de mando del jugador, que le permita resolver a veces situaciones con la propia genialidad del jugador. 

Resulta llamativo y paradójico de  este hombre, de aspecto tímido, y con poco afán de protagonismo el que esté disfrutando de tanto desde hace ya años. También lo es el que tuviera que salir en su día  por la puerta de atrás  del Real Madrid, y  que haya entrado  por la puerta grande en la historia del fútbol  y en la de la propia FIFA. Y tampoco deja de llamarme la atención su personalidad tan correcta, tan equilibrada, dentro de un ámbito como es el fútbol,  donde mayores  incorrecciones he visto, donde mayores y peores insultos he visto a lo largo de mi vida.

¿Puede que todo sea cuestión de suerte? Podía haberse dado el caso de que un par de balones no hubieran entrado  y nada sería entonces como ha sido.  Pero esa es quizá su baza oculta. Jugar con la suerte, y procurar ponerla de tu lado. Muchas veces, al final de un partido perdido la gente dice que no hubo suerte, que cuando el balón no quiere entrar no entra. Pero Del Bosque sabe que no es así. La suerte, el azar, puede que tenga sus leyes. La suerte no está en los gritos, en un falso empuje, en la gasolina de la ira, ni en la inmadurez del que busca que le miren constantemente. La suerte no está en la motivación barata, de saldo, de película de autobús. La suerte, seguramente está más cerca de la cabeza, de un plan que ata lo previsible, y que decide en el momento oportuno. La suerte no es todo el tiempo, sino a lo mejor un segundo. La suerte puede estar cerca del que se rodea de talento y sabe combinarlo y dejarlo fluir dentro de un orden.  

Sin embargo mi interés por Del Bosque va más allá del fútbol, que como toda disciplina tiene sus tendencias y sus diferentes filosofías. Mi interés va en comprender que si del Bosque insiste en unir  el fútbol con la vida, es posible que se pueda hacer lo contrario, unir la vida con el fútbol, y sacar algunas conclusiones   generales para todas aquellas facetas en las que de alguna manera somos organizadores, gestores de trabajo propio y de los demás, y también como padres. 
Serían muchas las conclusiones que se podrían aplicar a otras facetas, pero quiero destacar tan solo unas pocas , las que me parecen más universales y aplicables a más cosas. No las he querido centrar en fútbol, ni en ningún campo concreto. Solo una serie de ideas sugerentes, para todos aquellos que de alguna manera sean “entrenadores” de otros, a la luz del manual de del Bosque. 

  1. Desarrolla tu juego . Ten tu estilo, confía en él , y se fiel a él. A partir de ahí no olvides que las críticas te van a llegar. Pero resiste. 
  1. Respeta a tu adversario, y esfuérzate por conocerlo bien.  No acapares protagonismo, no intentes brillar. No intentes lucirte, que sean los hechos los que hablen por ti y no al revés. 
  1. Piensa que los partidos son largos. Hay minutos. No te quieras comer el mundo sin dosificarlo. Se fiel a tu plan, pero has de tener pensado algún otro por si no funciona. También has de saber reconocer las señales que te indican que cambios debes de hacer. 
  1. No entres al trapo. Cualquier juicio negativo que puedan hacer de ti, no es un juicio, ya que un juicio debe de afirmar. Dedica tiempo y esfuerzo con los  que piensan diferente que tú, pero no lo pierdas con los que lo único que buscan es minar tu energía.  
  1. Ser deportista ha de implicar ser persona. procura conectar ambas cosas. Lo mismo en las facetas que desarrolles, empresariales o educativas. No dejes que lo que hagas no se conecte de alguna manera con tu vida. 

lunes, 7 de enero de 2013

el azar y el reloj


Mi padre gracias a un cabeza excelentemente ordenada y a sus costumbres diarias precisas y engranadas como un reloj, fue a lo largo de su vida muy previsor , y gracias a ello el futuro y la incertidumbre parecían anularse el uno a la otra, como quien despeja una incógnita pasándola al otro lado de la ecuación, de un modo quizá metódico pero a la vez bastante seguro y constante. Mi madre, en cambio, siempre ha disfrutado de lo contrario, de ese margen casual que te da la vida, de ese encuentro inesperado, de esa conexión imprevista, de esa salvación en el último instante, o de un posible milagro cuando uno está  desahuciado.

Entre lo previsto y lo imprevisto se ha ido construyendo mi vida, acompañado del rigor que puede darte una formación politécnica y también acompañado de ese margen etéreo y a veces difuso con el que pueden acompañarte el arte y lo espiritual.

Antes de ayer, día cinco, y casi entrada la noche, recibo la llamada de mi madre para decirme que le falta un regalo, que no le ha dado tiempo a comprar. Me tantea, para ver si me ofrezco a comprarlo aclarándome  que luego me lo paga y aunque estoy a más de quince kilómetros del Corte Inglés me ofrezco a hacerle  el favor, a pesar de que me había propuesto no hacer ninguna compra el día cinco. Resuelto el encargo, aún me sobra algo de tiempo, así que me entretengo vagueando por donde los libros. Me gusta ver las estanterías llenas de libros brillantes con el atractivo de lo nuevo, como aquellos paquetes de tabaco intactos a los que con gusto quitabas el plástico, presintiendo un placer adelantado, de modo parecido me gusta sentir en mis manos un  libro, disfrutar su portada, hojearlo ,ver de que va.

Algunos se me caen de las manos y otros, sin saber por qué me enganchan, sin que ello signifique ni mucho menos que sean buenos o malos. Me llama la atención, Paul Auster, poesía completa.
Había leído con gusto Brooklyn  Follies, hace ya años, había visto su película, La vida interior de Martin Frost y su sólida formación en todo aquello relativo a la filosofía. Pero ignoraba su aficción por la poesía y me alegra descubrirla. La hojeo, versión bilingüe, y me apetece tanto como uno de aquellos paquetes de tabaco de bastantes años atrás.

Casualmente, el poema que he abierto al azar habla de hielo….hace una semana yo había plasmado en un escrito lo mismo, procurando dar significado al frío, unir la incertidumbre de lo que se sueña, con la realidad de lo que pasa.  Es como si me estuviera esperando. Es esa conexión de mi madre, es esa casualidad milagrosa de lo inesperado…pero si leo bien el poema, también está el reloj de mi padre, su envidiable orden con el que las cosas se suceden. Me gusta verlos unidos en mi presente a los que fueron en su momento  Reyes Magos en mi niñez, me gusta verlos integrados en este poema que he abierto casualmente como podía haber cogido otro, pero que  ha hecho resonar en mí tanto el azar como lo que ya estaba dentro, para continuar cargando la vida de nuevos significados que sinceramente nunca sé por donde y cómo me han de llegar.  


Hielo (quiere decir
que ya nada es milagro,
si ha de ser lo que será: tú
eres los medios y la herida), hielo
saliendo de entre el hielo, y su cadencia
traspasando la tierra roma
donde los cuervos merodean. Dondequiera
que caminas, el verde te habla, resiste. /El silencio
sostiene al invierno frente a frente
con la primavera.

martes, 1 de enero de 2013

el lago helado


En este uno de enero, una de la tarde, hora en la que hoy todo el mundo parece entregarse al sueño más profundo después de una noche de fiestas y de excesos, con las calles solo habitadas por las ráfagas de frío y el más absoluto de los vacíos, el lago arriba de Navacerrada hecho todo él   un bloque de hielo, espera sin ninguna prisa el sol, que le vaya derritiendo a medida que avanza este corto día. Silencio. Vida congelada. Y ahí, en ese frío callado, se me va revelando que en definitiva todo es pura apariencia,un espejo donde vernos, una pista en la que patinar fugazmente.
  
Es primero de año sin  metáfora, y me empeño en  cargar el día de significado. Acabar un año y empezar el siguiente, ha sido motivo de fiesta, de burbuja, de serpentina, y alegría borracha,de un final de año extraño cuya mayor causa de celebración ha sido decirle adiós.  
Ya le dije adiós ayer. Y con mi adiós espero que se entierre la injusticia, el abuso y el maltrato. Espero que se acabe la insolidaridad, los desahucios y la avaricia. Espero que se acabe la falta de perspectivas, la depredación injusta y  el sinsentido. Espero que se acaben las burbujas, la prepotencia del dinero, y de la corrupción. Espero que se acabe el desgobierno, la falsedad, y el engaño.

Y quiero decirle hola, a medida que el hielo se va derritiendo, quiero decirle hola a un mundo mejor, más capaz, mejor gobernado. Quiero decirle hola a una economía humanista, y no depredadora. Quiero decirle hola a una construcción con sentido digna del ser humano y digna del paisaje donde se ubica. Quiero decirle hola a un deporte más limpio de sustancias y de abusos de todo tipo. Quiero decirle hola a una patria más auténtica y competente. Quiero decirle hola a una educación con más trabajo en equipo, con más desarrollo de las capacidades enormes que tenemos  y menos repetición de contenidos. Quiero decirle hola a una sanidad más humana, eficaz y que sepa desmontar todo lo que hay de negocio malsano en ella y de intereses farmacéuticos mezquinos. Quiero decirle hola a un agua pública que nunca nos ha dado un problema. Quiero decirle hola a gente que ha descubierto cosas buenas para el ser humano y que es silenciada por el interés corrupto. Decirle hola a una fruta que sepa a fruta y no a corcho, quiero decirle hola a aquello que suene a vida, a renovación, y no a  estancamiento.    
El lago helado espera el tenue sol del día uno. También yo espero que el sol de este día de invierno me haga bien sobre mis fríos temores, y los convierta pronto en algo más parecido a la cadencia sonora de un río. Es la una, y no tengo muy claro aún si he empezado el año en el lago, o es que sigo soñando bajo las sábanas de este día uno.